Ahora que ya pasó el verano del 2016 a la historia, también ocurre lo mismo con la que fue la agresiva publicidad de la cerveza Brahma en Perú, que al menos yo no he visto publicidad en los medios masivos de comunicación locales (a parte de no consumirlos).
Ya no está Gianmarco cantando, ni Machín animando al consumo, tampoco las grandes promociones como precios bajos, chapitas con caje, premios, etc. es el fin del encanto. Lo que intentó el competitivo ("competitivo" porque el programa de trainee de AmBev se califica de muy exigente) departamento de marketing es el apoderarse del concepto "joven", "juerga", "precio bajo" y "festejo".
Lo que no contaban, es tener una cerveza que no gustó el paladar peruano, y pese a que no soy catador, hubo una primera versión que fue muy "gaseosa" y la segunda estaba mejor, pero luego de consumirla te daba un dolor de cabeza, por ello las redes sociales la apodaron "la suegra" .
Entonces llega Pilsen con su reposicionamiento y se apodera de los conceptos, que hoy Brahma debió tenerlos, ni modo, queda entonces replantear la formula de la cerveza y venderla a un precio cercano a Cristal, para si quiera dar un mensaje que el producto es bueno (y no barato, porque se fuerza al concepto de ser poca calidad).
No hay duda que Brahma sea buena, lo que pasa es que el paladar peruano ya se acostumbró a las cervezas del portafolio de Backus, entonces, la Brahma tiene que apostar en comunicar que es una de las cervezas más vendidas en Brasil, aunque corre el riesgo de mantener el sabor de allá que no se prefiere acá, y apoderarse de "playas", "sol", "jóvenes", "alegría" y "vacaciones".
Luego llega los presupuestos.